lunes, 26 de noviembre de 2007

AL FINAL.....NADA

Allí estaba de nuevo, atormentándolo y haciéndole perder el horizonte nunca enfocado. Era como un virus que volvía a propagarse por su cuerpo. Lo sentía esparcirse con lentitud mientras agudizaba sus sentidos para no caer de cabeza al suelo. Con las piernas temblando y ese frío en su estómago tenía que admitir que todo había apuntado hacia allá desde un principio. El tiempo se encargó de repetir sus dosis del virus repetidas veces. Ésta vez –pensaba- su cuerpo y mente estaban ya desgastados. Simplemente no quería saber nada de eso porque, hasta la fecha, así había podido mantener la nariz fuera del asunto para seguir caminando sin ahogarse. Últimamente intentaba mantener la cabeza en alto mientras caminaba por la calle. Se proponía sostener su mirada en un objeto para no distraerse con todo eso a su alrededor pero finalmente todo lo empujaba hacia abajo. Con sus hombros tensionados lograba extenderse y llegar hacia donde tenía que estar cada uno de los días que estuvo incubando la infección.

Ahora comienza a aparecer el primer brote. Una erupción brillante y espantosa de color vivo. Siempre había sido así, cada vez que le daba la gana de aparecer. Pero ahí, frente al espejo empezó a ver puntos en su cara. Lo dividían y marcaban simétricamente uniéndolo con muchas cosas a su alrededor como un mapa de coordenadas satelitales. No tuvo que hacer mucho esfuerzo para seguir la línea de puntos consecutivos que en todas las direcciones comenzaron a propagarse siempre simétricamente. Por un momento se sintió como Pac Man. Eso era, él detrás de las galletas mientras unos fantasmas lo perseguían cada vez que les daba la gana. Se comía tantas galletas y entonces los fantasmas ahora eran débiles y se convertían en la presa, en el premio extra que, de paso, daba más puntos. Puntos allí en el video juego otra vez. Se notaba a distancia cómo intentaban ocultarse en esquinas –casi- perfectas y rectas para tenerlos a todos contentos. Nada, eso era de lo que se trataba. No era algo real y cada línea de puntos se compactaba y demostraba que finalmente era cierto que todo había sido mentira. Qué complicado le resultaba la idea cuando la trató de explicar de nuevo en su cabeza.

Como un cubo de paredes transparentes que se compactaban sin que las pudiera detener, veía cómo todo se le venía encima, con bordes filosos por allá arriba y abajo también. El suelo no le era un desconocido, siempre lo había admirado en silencio con sombra y sin ella; con diferentes tipos de pasos, todos ellos siempre con una meta final que, por ésta única y última vez, no estaba presente. Se sintió asustado al verse al espejo, su fisonomía era la de siempre pero a partir del pecho hacia arriba no lograba enfocar ni ver ningún color conocido. Era como tener el rollo de película medioveladodelamitadhaciaarriba. “¡Qué video!”- pensó mientras parpadeaba repetidamente a intervalos muy lentos intentando traer su realidad de vuelta. Todo proseguía, una cosa tras la otras, luces afuera, ondas de música en la mesa y en el suelo. Rayas entre un parpadeo y el siguiente. “Mierda”- pensó ahora mientras aterrizaba todos esos cabos sueltos. Muchas palabras se cruzaban por su cabeza, todas ellas solas y con un significado único entre una y la otra. Los putos puntos eran ahora rayas que se extendían por todas partes como barras de hierro, pasándole muy cerca cada vez con mayor intensidad. No tuvo otra salida más que dejarse caer. Soltó los nudos de su espalda y se dejó descolgar hacia el hueco. En el recorrido alcanzó a ver una que otra figura que le hacía temer que todo fuera construido por algún voyerista adicto. “Esto debe de ser todo”- pensó mientras sentía cómo su cuerpo ya no descendía sino que flotaba comprimido por todo a su alrededor como en una burbuja muy pequeña. Podría tratarse de eso. Simplemente una erupción de burbujas como pasa al agitar una botella de Bretaña. Todo arriba a gran velocidad y al final… nada.