viernes, 24 de agosto de 2018

Mile End

Como un árbol de navidad adornado de luces intermitentes que pasan por todos los ritmos. Así se veía Bacatá desde su ventana y fue entonces cuando supo que había pasado más tiempo de lo normal postrado en esa silla fumando cigarrillos de grilla. Decidió encender otro para terminar de decidirse por cuál sabor era el más sabroso para endulzar ese momento que Pulp comenzaba a adornar con “Mile End”. El mojito fue el ganador y mientras aspiró el primer plon tuvo una particular sensación de libertad viéndose a sí mismo sentado en una playa de Cuba oyendo esta magnífica canción. Por un momento todo fue tranquilidad y autocontrol. Sus voces callaron y el cielo se volvió plateado, mezcla de la fría noche en Bacatá y del soleado aterdecer cubano. Descubrió que podía estar en dos lugares al mismo tiempo y esta idea lo llenó de placer mientras comenzó una tanda de blues inaugurada por “Turn me loose”. Las cuerdas parecieron deslizarse entre sus recuerdos y algo en su interior se encendió como un mechero repleto de gasolina. Se empelotó y comenzó a bailar salpicando sus pies en el mar mientras el sabor a mojito comenzaba a extinguirse, pues todo llega rápidamente a su fin y más si hubo una exacerbación de sentidos previa. Decidió quedarse en esa playa oyendo el playlist de alguien al otro lado del Atlántico, sintiendo cómo la sal y la arena trepaban por todo su cuerpo hasta hacerlo sentir la extrema necesidad de prender otro cigarrillo de grilla con sabor a mojito mientras se veía a sí mismo bailando entre partículas de escarcha bajo la luz de una luna cualquiera.