INSIGHT
jueves, 10 de agosto de 2023
Latte pero no late.
miércoles, 14 de junio de 2023
“Qué hiciste hoy? - Mala jeta”.
- La Maldición del Cajero / o de La Cajera: Consiste básicamente en haber logrado coronar, después de un larguísimo tiempo, el primer puesto en la fila de un supermercado y estar a un simple llamado para pasar a pagar a la caja; también puede pasar en la fila de un banco, de una atracción turística, de un restaurante, a la entrada a un museo, galería o concierto; en fin, el espectro es infinito y no deja de ampliarse como la teoría del Big Bang. Pero entonces justo cuando por fin me deberían atender, algo pasa; porque SIEMPRE “algo” pasa: o el cajero se atora con un caramelo Noel o un dulce en forma de mora y debe irse al baño para no morir asfixiado en su puesto de trabajo; o se acaba el rollo de papel de la caja registradora y el cajero debe pedir otro rollo nuevo siguiendo el estricto procedimiento para el que fue entrenado tiempo atrás y que no es más que una infinita y desgastada cadena burocrática que al final siempre termina por traer a una mujer bajita y por lo general muy poco agraciada a la que todos llaman “jefe”, cargando un llavero lleno de llaves tipo carcelero con el que abre la caja para introducir en ella un rollo de papel y así poder seguir llevando el registro de todas las compras de los clientes y que generalmente en mi caso no son más que un paquete de chicharrones de limón y una chocolatina Jumbo Jet a estas alturas ya derretida entre mis manos.
- La Maldición del Gigante Gordo Cabezón (nunca una Gigante Gorda Cabezona): Muy a pesar de mi 1.68 de estatura, no me quejo de mi condición más que cuando debo bajar algún pocillo puesto muy alto en algún compartimento inalcanzable de alguna cocina diseñada por carpinteros suecos de 1.80 para arriba. De resto, confieso que no he tenido mayores contratiempos con mi diminuta estatura, aparte de uno que otro desplante del sexo femenino durante mi pubertad… y mi preadolescencia… y mi adolescencia… y mi postadolescencia… Pero cero drama, cero trauma, porque durante más de 10 años consecutivos nadie pudo nunca sacarme del top 5 de los que encabezaban la fila del salón en el colegio y eso no es poca cosa. Sin embargo, y MUY sin embargo, en cada puto concierto al que voy y ya cuando he logrado encontrar el punto perfecto de equilibrio entre visión, audio y sudor, siempre, léase bien, SIEMPRE llega tongoneándose un maldito gordo, calvo y cabezón que termina por pararse exactamente delante mío para aplastar con sus carnes sudorosas y aniquilar el perfecto equilibrio que por fin pensé haber alcanzado. Muy pronto la frustración se convierte en un odio visceral que termina por llenarme de todo tipo de neurosis y de una que otra idea macabra en la que Jeffrey Dahmer parece apenas un aprendiz.
- La maldición del semáforo en rojo: No importa el barrio, la localidad, la hora del día, la ciudad ni el país, siempre -SIEMPRE- que voy a cruzar una calle y el semáforo peatonal está en verde dándome el paso, aún si acaba de cambiar a este color, apenas me acerco y estoy a punto de dar un paso para cruzar, en cuestión de microsegundos vuelve a cambiar de verde a rojo y ya no puedo pasar la calle nunca más porque en verdad nunca más vuelve a cambiar a verde. Es entonces cuando el verde deja de existir para siempre que tengo que renunciar a la idea que antes me llevaba a cruzar la calle para terminar olvidándome del plan inicial y del deseo que tenía antes de que se cerniera sobre mí esta tercera maldición que siempre me termina devolviendo a mi casa para resguardarme de todo el mal que me rodea cada vez que salgo de mi zona de confort. Por eso, prefiero rara vez salir de ella.
domingo, 23 de octubre de 2022
Namaste 🙏🏻
Me emput4 esa gente que escribe 256 líneas y 18 párrafos en publicaciones de Facebook solamente para exponer su maldito punto de vista -que a poca gente le importa y que por lo general nadie le ha pedido expresar- esperando aparte de todo que nadie les refute ni les opine lo contrario porque si no saltan como hienas a despedazarle la yugular al que se haya atrevido a opinar o a expresar su “humilde opinión” sobre un asunto que tampoco debería importarle si no es porque cayó ahí de pura carambola rebotando de un lado a otro por culpa del algoritmo que todo lo maneja en este plano -y en los demás también- y no paro de preguntarme ¿acaso esas personas no tienen una vida para desperdiciar como hacemos todos los demás? ¿acaso no tienen gatos o perros o hámsters o iguanas para preocuparse por sus dentaduras y llevarlos a una sesión de profilaxis urgente antes de que se queden muecos? ¿acaso no tienen la claridad mental suficiente como para escribir en 2 renglones una idea o un argumento o un ataque certero que resuma todo y deje el tema concluido de una vez y para siempre? ¿acaso las ideas que van teniendo las van escribiendo así sin el filtro editorial que uno le mete a todo cada vez que se va a dormir y dura horas y horas dando vueltas en la cama con la almohada sudada de tanta pensadera dándose con ramas de ortiga en la espalda alta -media y baja- por lo que dijo hace 32 años o por lo que debió decir hace 7 o por lo que sabe que dirá -porque lleva años planeándolo- cuando sepa en qué va a terminar esa maldita situación a la que no hace más que darle vueltas y de la que ya ha sacado 73 versiones de finales alternativos? Esta gente debería migrar y armar un blog en .blogspot.com para que el algoritmo les lleve gente y para que les lleve a ese “público objetivo” o “target” que ya dejó de ser secreto que desean con todo su ego rebosante de fuentes de información y links y noticias de medios alternativos y mainstream que llevan a más lugares y que nos van hundiendo a todos en ese espiral del que hablaban los chinos antes de volverse comunistas malvados y que hasta ahora estamos descubriendo que era el mismo del que hablaban las culturas ancestrales que sobreviven en la selva sin internet ni redes sociales ni opiniones de ningún tarado que lo único que quiere es atención de alguien en el mundo virtual porque en el mundo real está solo -muy solo- y aferrado a un teclado que traduce lo que a veces no debería ni siguiera escribirse por pura decencia y respeto con los más de 315.000 años de historia desde que el homo sapiens apareció en la Tierra como descendiente de otra especie y de otra y de otra y de otra que pudo sobrevivir flotando entre algas y popó de moluscos de mar sin Facebook y sin su p*uta opinión.
#namasteॐ
jueves, 11 de junio de 2020
I.
viernes, 17 de abril de 2020
The New Era
martes, 29 de octubre de 2019
ANANKÉ
jueves, 10 de octubre de 2019
PROGRAMMED
https://www.youtube.com/watch?v=K35KSAtlObc