jueves, 11 de julio de 2013

INSIGHT

Muchas mañanas se despertó formulándose la misma pregunta. Días enteros rondó por su cabeza la oración pero la respuesta no llegaba. Algo se veía al final, un destello, pero en conclusión, nada pudo responder. Emprendió varios viajes, anduvo por muchos caminos, tomó diferentes manos, unas sudorosas, otras carrasposas, solo unas pocas muy suaves. Tampoco halló la respuesta en el horizonte cuando el Sol se ocultaba para dar paso al cielo estrellado. Buscó bajo el agua, en la cima congelada de las montañas, en la mirada astuta de los niños, en las lágrimas de quienes no quisieron seguir a su lado, pero la respuesta no llegaba. Cansado, derrotado y sin esperanzas, se jugó la última carta; su última oportunidad. Eran ya las 5 y media de la tarde cuando llegó al balcón de su habitación. Estaba solo a pesar de tener a mucha gente a su alrededor. No soportaba la adulación ni tener que sonreír cuando las palabras se terminaban. Encendió un cigarrillo esperando elevar su espíritu hasta alturas cinematográficas, pues de alguna manera, fumar era lo más próximo que de la muerte podía estar. En los detalles reside la magia. Así, que sin más remedio, imaginó, voló y nunca más volvió.

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