-Un episodio culo. En eso se resumía ese momento corto, surgido de alguien definitivamente muy corto de ideas. Embriagado por el éxtasis del momento y sintiéndose el centro de atención de la noche, él había escupido lo primero que se le vino a la cabeza sobre ese desdichado sujeto. Por supuesto, se trataba de una broma que trascendió y rebotó dentro de la cabeza de su víctima llevándolo a cometer lo que nadie hubiera imaginado.
*Era el momento. Tanto tiempo esperándolo y soñando con él, que al principio N sintió pánico de lo que sería a partir de ahora. Se fijó en su desfigurada cara y mientras el otro inventaba idioteces para mantener toda la atención encima suyo, nunca pudo dejar de verlo como a un mandril; saltando, hablando y repitiendo lo mismo que en el pasado se vio una y otra vez en varias reuniones de todo tipo. Le faltaba el culo rojo y ahí quedaba. Uno de los animales más chistosos que se la pasan por ahí con cara de mal genio y parecieran tener dolor de estómago todo el tiempo; pero que también saltan y hacen movimientos extrañamente familiares a los que hacemos los humanos. Era simple la cuestión: N y el idiota eran parientes, de alguna manera lo sentía como si fuera parte de él. Esa parte que definitivamente no quería interpretar nunca en una historia porque al terminar, el protagonista era un completo perdedor. En ese punto, ya alguien estaba observando a N muy atentamente desde lo lejos de la sala. Se trataba de un mandril. Sentado, con los codos apoyados en las piernas y las manos sosteniendo el peso de su cabeza. La mirada fija era lo más intenso en el animal. N lo vio directo a los ojos y lo confrontó en 2 oportunidades con intervalos minuciosamente calculados. La tercera vez se decidió y pensó en no quitarle la mirada, así durara el tiempo que tuviera que durar, al ahora amenazante animal que se mantenía sin moverse. Parecía ni parpadear. N pasó de querer pararse de un salto y caerle a golpes, patadas y zarpazos al tipo que parecía un mandril, a estar en medio de una confrontación por la claridad mental de su propia especie contra un mandril 100% natural.
-El hombre seguía siendo el tipo chistosón que me cae mal y que no tiene el derecho a dejar de serlo, jamás. Todos lo miraban riendo y esperando el siguiente cuento lleno de contenidos burlones y denigrantes sobre los demás. Sin embargo había un tipo allí sentado que parecía no estar fijándose en nada relacionado con ese imbécil. Durante toda la reunión siempre mantuvo la mirada al fondo del lugar y a veces en el suelo. Pero ya había existido un breve contacto visual amenazador y lleno de veneno entre él y yo. Finalmente entramos en una especie de duelo por ver quién terminaba con la mirada en el suelo de nuevo. Primero me fijé en su cara. Sus facciones eran demasiado achatadas. Parecía un muñeco de lego pero con el cuerpo mucho más delgado. Llevaba algo atado al cuello, una especie de adorno con algún grabado tedioso. El pelo en su cara me recordó a un animal, cualquiera que se cruce primero por nuestra mente, todos son iguales.
*N sintió ganas de insultarlo y gritarle alguna ofensa en la cara pero se contuvo. Pasó un rato sin entender lo que pasaba y entonces sintió miedo profundo de un momento a otro. Ver las cosas tal y como eran, dentro del único contexto que podía existir, le aterraba. El mandril todavía con los ojos clavados en él ahora empezaba a entrecerrarlos muy lentamente. Se estaría quedando dormido, o qué clase de plan estaría fraguando? Nada de eso, resultó tratarse del momento previo a un feroz ataque que duró muy poco pero partió el momento en dos, quedando el episodio enterrado en la memoria de quienes lo presenciaron. El olor a sangre fría empezó a esparcirse por la sala y N lo sintió filtrarse por su cuerpo. Hizo alguna mezcla de movimientos desesperados pero el mandril seguía sobre él, rasgando su cara y tajándole la piel en largos y suculentos trozos de carne roja y fresca.
-Me resultó despreciable su cara. Su expresión lo mostraba finalmente como alguien muy cobarde como para mantener la mirada en mí. Por lo que sea, me siento más fuerte pero el desgaste de energía ha sido muy alto. Ahora siento sueño. Solo quiero caer tendido en una cama y dejar descansar mi cuerpo. Quiero sentirme protegido y solo será posible si duermo. He caído! No puede ser que haya perdido. Ahí sigue mirándome a los ojos con cara de haberse cagado en los pantalones, no puedo soportarlo. Debe morir y no dejar rastro físico. Salto sobre él y con mis uñas empiezo a arrancarle la piel de la cara. Tiene que cambiar su maldita expresión, pero no puede, ahí sigue gritando aterrado tratando de proteger su cara para mantenerla intacta. Ya es muy tarde, he logrado abrirle la boca completamente al desgarrar sus cachetes. Trato de alcanzar su lengua para halársela hasta traerla acá pero entonces su cuerpo cae pesado contra el piso. Sus huesos se han soltado y toda la tensión se escurre. Ha sido muy corto todo! Quisiera que durara más. Lo pateo en el suelo tratando siempre de alcanzar su estómago y genitales, pero el tipo no reacciona. -“Ha muerto y todo ha acabado aquí” - pienso.
*En el suelo sobre un charco, siente su espalda mojada y la cara muy fría. Mira sin ninguna razón a algún lugar que no reconoce. El pito en sus oídos se expande tomándose toda su cabeza y convirtiéndola en una fría jaqueca. –“Acaso, todo habrá terminado aquí?”- piensa N.
“Hunted by a Freak” - Mogwabi
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