lunes, 21 de enero de 2013

NOW


Después de tanto andar, de tantas miradas evitar, tantos murmullos escuchar y, en fin, tantas cosas evitar, el fin del camino parecía estar ya por fin muy cerca. Nunca tuvo la prisa como para planear alguna cosa en especial, ya muchos planes quebrados había tenido que olvidar como para tener que volver la mirada y recoger sus restos ya corroídos por el paso del tiempo. Si algo tuvo claro durante los últimos 13 años, fue que nunca estaría completamente feliz más que a su lado. Alguna vez soñó con su silueta enfurecidamente roja, incandescente, llena de pura energía vital y pasión. No tuvo que esperar ni una década más para descubrirla tras esas paredes blancuzcas bajo las miradas de quienes querían devorársela como hienas hambrientas que esperaban curtir sus dientes con su bella piel ensangrentada. El paso del tiempo nunca se sintió transcurrir tan rápido, como tantos buenos momentos oscurecidos por el eterno presente, y si alguna vez tuvo dudas, este momento le había arrebatado mucho de lo que ingenuamente creyó haber sido hasta ahora. Nada importó, no hubo un segundo en el que dudara de algo, bastó con sentirla palpitante a su lado y todo recobró su caótico orden natural. Ahora estaba seguro, muy a su pesar, de que no había ganado tiempo intentando planear el orden en el que se debían suceder todos esos sueños llenos de sentimientos; por el contrario, nunca se había sentido más inseguro con el paso del tiempo y ahora que ya no pertenecía más a él, no pudo volverle a temer. 

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