Antes de que tuviera tiempo de
respirar profundo en su sillón, ya tenía compañía y ésta se hizo presente en
forma de dos ideas muy arraigadas, una a cada lado de sus enrojecidas orejas.
“La vida va a seguir pasando
estés o no en ella. No te preocupes por tratar de moldearla ni de acomodarte.
Simplemente anda, mira al frente enfocando bien para no distraerte en el
recorrido y permite que en tu camino se cruce solo quien lo merezca. El resto,
son solo momentos enmarcados en días, minutos y fracciones de tiempo que
alguien ya bautizó muy a su manera. “ – Dijo la de su derecha.
“Lo que te hace único es la
manera en que recorras los caminos que ante ti se presentarán, elijas el que
hayas de elegir. Al final descubrirás que ningún miedo hubo de ser tan fuerte
como para no ser diluido en una tenue y constante lluvia.” – Dijo la de su
izquierda.
Se puso de pie y encendió su
reproductor de MP3. La primera canción en su lista personal comenzó de buena
manera haciendo teñir sus nervios de un azul zafiro que hacía tiempo no sentía
tal vez por la falta de estímulos suficientes en su aletargado y malacostumbrado
cuerpo. “Heartbreaker” comenzó a desprenderse de la aguda voz de Robert Plant
que comenzó a surfear sobre las vibrantes cuerdas de Jimmy Page que se sostenía
sobre el grueso sendero demarcado por el bajo de John Paul Jones y todo
enmarcado por la pulcra percusión de John Bonham. La habitación se estremeció
desde las tablas del piso hasta el altillo abandonado hacía generaciones y todo
comenzó a adquirir ese tono de azul que ahora comenzaba a recordar. Siempre
estuvo consigo, lo llevó a todas partes, lo saboreó con cada nueva experiencia
y nunca se desprendió de él pese a las distracciones de las que fue víctima.
La canción termina dejando tras
de sí un eco indisoluble. Todos están muertos, Bonhamn primero, luego los demás.
Se sienta de nuevo en el sillón, ellas ya se han marchado, solo queda el color
y la luz que empieza a diluirse con cada exhalación. Cierra los ojos por
primera vez, respira por última y el azul zafiro se hace eterno. Ya no duele.
Ya no hay duda. Ya no hay nada.
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